El trío
Por lo ya argumentado, la forma en la que pueden unirse tres ruedas ha de ser diferente a la disposición lineal. Cuando una rueda se acerca por detrás a un dúo, los efectos de las interacciones entre ambos serán siempre más acusados en la primera, porque los efectos de absorción e impulsión del segundo son casi dobles y su masa relativa aparente es superior al doble. Por tanto, podremos considerar que la secuencia de sucesos fuera la siguiente: la rueda, que se acerca con mayor momento lineal, será apartada inicialmente y está intentará permanecer junto al dúo, debido a la impulsión y a la aspiración respectivas. Veámoslo en las siguientes imágenes.
La rueda irá adelantando al dúo y, a la altura del ecuador de éste, ambas se irán girando al sentirse atraídas mutuamente por sus aspiraciones hasta quedar alineadas y orientadas en sentido opuesto. La última rueda ha girado 180°, tienen el mismo momento magnético pero se sitúa de forma antiparalela al dúo; por tanto, en la aproximación, la polaridad magnética hace que la fuerza de la repulsión compense la del efecto de absorción, creándose así una nueva disposición: «la disposición opuesta», que analizaré en el siguiente apartado. En definitiva, un trío es la configuración de tres ruedas, donde la rueda central está, a la vez, en disposición lineal con una rueda y en disposición opuesta con la otra.
La disposición opuesta
En el trío, la nueva rueda y el dúo se mantienen mínimamente separados, sin entrar en contacto, dejando una ranura con forma de anillo donde se concentra el efecto de absorción. La explicación de la formación de esta «ranura absorbente» entre dos de las ruedas, es la siguiente: como el efecto de absorción mutuo se supone más potente a corta distancia que la repulsión magnética entre polos de igual signo que tienden a separarlos, el primero consigue imponerse al principio; pero cuando se acercan demasiado, el caudal de los flujos disminuye, porque se reduce la superficie del paso, y esto hace que también se reduzcan los efectos de absorción e impulsión; entonces, el magnetismo tiene una oportunidad para aumentar distancias. Con lo cual, se hace necesario que éste último y el efecto de absorción encuentren el punto de equilibrio. Para ayudarnos a entender mejor esto, veamos el siguiente gráfico, donde se representa una sección de únicamente dos ruedas enfrentadas 180°, es decir, en «disposición opuesta». Al plano donde se concentra el efecto de absorción de ambas lo llamo «disco de absorción». Éste recuerda al disco de acrecimiento de las galaxias espirales, aunque sin esa dinámica espiral; porque, en este caso las palas de las dos ruedas giran en sentido contrario.
Un aspecto muy importante, que sirve para explicar la gran estabilidad de esta disposición, es la forma geométrica de sus momentos magnéticos o espines, me explico: si éstos se concentraran en la línea perpendiculares al disco de absorción, en el eje principal de las ruedas, estas pivotarían sobre un punto de ese eje y las palas de ambas, al giran en sentido opuesto la una de la otra, terminarían chocando debido a la oscilación por precesión. Pero esto no ocurre, porque la forma característica del espín 1/2 es bicónica, con lo cual la repulsión magnética se produce sobre dos bases opuestas suficientemente amplias para que se reduzca al máximo tal oscilación.