A finales de mayo de 2016, los medios de divulgación científica se hicieron eco de un estudio publicado, en Arxsiv, por un grupo de físicos de la Universidad de California donde se sugería que el trabajo publicado por otro grupo de científicos húngaros, el 26 de enero de este mismo año y que en principio había pasado desapercibido, podrían revelar la existencia de una quinta fuerza de la naturaleza.
Concretamente, se referían al artículo de Physical Review Letters (116, 042501): “Observation of Anomalous Internal Pair Creation in Be8: A Possible Indication of a Light, Neutral Boson” de A. J. Krasznahorkay, M. Csatlós, L. Csige, Z. Gácsi, J. Gulyás, M. Hunyadi, I. Kuti, B. M. Nyakó, L. Stuhl, J. Timár, T. G. Tornyi, Zs. Vajta, T. J. Ketel y A. Krasznahorkay. http://journals.aps.org/prl/abstract/10.1103/PhysRevLett.116.042501
Leí esta noticia en la sección de ciencia de Europa Press, me llamó la atención por su titular: “¿Se ha descubierto una quinta fuerza de la naturaleza?” Igual de llamativos fueron los titulares de otros sitios: “Primeros indicios de una nueva fuerza fundamental” (Naukas), “¿A las puertas de la quinta interacción?” (Cuentos Cuánticos), «¿Un laboratorio de Hungría ha encontrado la quinta fuerza de la naturaleza?» (Nature), “Fotones que interactúan con la materia oscura” (innovaticias)… Incluso en el artículo original de los científicos húngaros se especula sobre la posible existencia de “fotones oscuros”.
De forma muy resumida diré que ese trabajo trata sobre la formación de pares E-P (electrón-positrón) donde, a distancias muy próximas al núcleo atómico, se ha podido detectar un pico de energía que podría corresponder a un nuevo tipo de bosón, una partícula de masa 17 MeV, que no debería estar ahí porque, según el modelo estándar, los bosones son los transmisores de las fuerzas y ese “pequeño golpe” detectado no corresponde a ninguna de las cuatro interacciones fundamentales descritas hasta la fecha (gravedad, electromagnetismo, interacción nuclear fuerte e interacción débil).
Desde mi punto de vista, de confirmarse esta observación en nuevos experimentos, los físicos teóricos tienen dos opciones: la primera es la más cómoda y menos traumática, pues únicamente supone ampliar el modelo estándar incorporando una nueva fuerza fundamental y una nueva partícula (el fotón oscuro), desconocidas hasta el momento, que se suman al gravitón, a la materia oscura y a la energía oscura; la segunda es mucho más comprometida, porque habría que admitir que el modelo actual tiene serias carencias y no sirve para describir realmente el mundo subatómico, lo que les dejaría sin respuestas en tanto no se encuentre “nueva física”. Por supuesto, de momento prefieren optar por la primera, es obvio.
Sin embargo, esa nueva física no está tan lejos, de hecho esta Teoría de Ruedas describió este fenómeno antes de que se divulgase la noticia. Los que ya hayan leído mi libro sabrán de qué estoy hablando, pues en el apartado donde se explica cómo se emite un par E-P (páginas 141 y 142) se predice, con meridiana claridad, que al par siempre le acompaña lo que yo llamo “emisión beta cero”, lo que está en perfecto acuerdo con esta observación. Por otro lado, también sirve como nueva prueba empírica de la descripción correcta de la masa relativista aparente de las ruedas, pues esa “partícula” (la de la emisión beta cero) es una rueda neutra que parte de un estado de relativo reposo y adquiere momento lineal justo después de la emisión del par E-P, me explico, su masa en reposo es equivalente a la mitad de un protón pero, conforme gana velocidad y ésta se acerca a la de la luz, se reduce drásticamente su masa relativista aparente -sí, has leído bien, su masa «se reduce»- , por eso, los 17 MeV no coinciden con la masa de ninguna partícula conocida.
Alguien, que no se haya leído aún mi libro, podría pensar: ¿qué más da que sea un fotón oscuro o una rueda neutra? A fin de cuentas estamos hablando de nuevas partículas. Es lícito hacer esa afirmación, pero he de aclarar que en esta teoría todo se simplifica hasta tal punto que con solo tres tipos de ruedas (con tres sabores, como se dice en física cuántica), cuya principal diferencia es la carga eléctrica (positiva, negativa y neutra), se pueden describir todos los fenómenos en los que estén implicados los leptones y los nucleones, por tanto, esa “rueda neutra” no es una nueva partícula sino un -no tan viejo- conocido de la física actual. Los que sí lo habéis leído ya tenéis claro qué es una rueda neutra y ahora podéis visualizar el mundo subatómico de forma coherente.
A los que todavía no hayáis descargado el libro os animo a que seáis de los primeros en estar al tanto de esta sorprendente “nueva física”.
Hasta la próxima.
Wow, he descubierto tu blog en mi búsqueda de respuestas y al momento de comenzar a leer una de tus entradas me fascinó la forma en que desenvuelves la información, he encontrado muy entendible la mayoría de ella. Me leeré tu libro en cuanto pueda, es fascinante la manera en que describes que se puede unificar lo micro y lo macro con ella (tu teoría).
Siempre se agradecen las palabras de aliento, Alfredo. Si algo de lo que leas te genera dudas, no tengas reparos en preguntar.