El protón, la interacción fuerte y los chorros

El protón

Una de las partes resultantes del decaimiento del neutrón es el protón. Un ente formado por dos ruedas unidas siguiendo el esquema especial doble; por tanto, está dotado, al igual que el neutrón, de un disco de absorción (en la imagen de color amarillo) que será esencial para entender las fuerzas que mantienen unidos a ambos en el núcleo atómico.

protón
Protón, núcleo atómico del hidrógeno.

Esquema especial doble

Sus dos ruedas giran en sentido opuesto, pero con el mismo momento magnético situado de forma antiparalela, esto evita que el conjunto gire. Es muy estable y, aunque en lo absoluto siga siendo impulsado a través del espacio, en lo relativo permanece en reposo, ya que los efectos propios de absorción e impulsión son simétricos y están equilibrados respecto a su centro de masas. Su diámetro medio es conocido, por tanto, conocemos el tamaño de las ruedas y su masa (938,272…MeV/c²) ha sido medida con la referencia del mismo estado de relativo reposo en el que nosotros nos movemos. Pero, hasta ahora no se le habían calculado efectos relativistas debidos al giro de sus estructuras y eso afecta al valor de la masa en reposo de la suma de los quarks que lo componen  (recordemos el concepto la masa relativista aparente). En el apartado final de esta tercera fase de la evolución de la materia haré un análisis sobre la masa en reposo de varios entes del nivel subatómico constituidos por ruedas, entre los que incluiré, por supuesto, al protón en el estado más bajo de energía en el que se pueda encontrar. Aunque es posible que antes se produzca su decaimiento, en una rueda neutra y otra con carga eléctrica positiva, por la reducción de los efectos de absorción que las mantienen unidas. Sería interesante experimentar sobre este asunto observando si a temperaturas muy próximas al cero absoluto se produce este decaimiento, lo que constituiría una prueba adicional que avalaría lo expuesto aquí.

 

La interacción fuerte

fuerza fuerte
Imagen de Peggy Marco
Partícula alfa
Partícula alfa, núcleo atómico del helio-4 (dos protones y dos neutrones)

 

Las fuerzas de la cromodinámica son imprescindibles para que se produzcan todas las interacciones descritas hasta ahora, pero no lo son más que las fuerzas de la electrodinámica, pues ambas actúan a la par y no tienen mayor incidencia la una que la otra. Por tanto, cuando hablamos aquí de «interacción fuerte» nos estamos refiriendo a la fuerza resultante de la interacción de dos ruedas en disposición opuesta, la suma de dos efectos de absorción muy intensos que concentran su poder en la ranura que se crea entre ambas y se extiende progresivamente debilitado por el «plano de absorción». Los dos nucleones, el protón y el neutrón (la parte que está en disposición opuesta), interactúan a corta distancia gracias a esta fuerza. Con ella, los neutrones son estabilizados por los protones, evitando que oscilen y decaigan, y los neutrones amortiguan el exceso de repulsión electrostática entre protones, situándose entre ellos ─esto lo veremos un poco más adelante, en la siguiente fase de la evolución de la materia que versará sobre el núcleo atómico─. En definitiva, las fuerzas de la CDC no son directamente responsables de la estabilidad del núcleo, como ya adelanté en el preámbulo, cuando afirmé que en el modelo estándar existe un problema de escalas. Por tanto, se hace preciso renombrar la actual «interacción fuerte», para que no se confunda con la «fuerza fuerte» de la CDC, y como aquí he dado la primera descripción de su funcionamiento, reclamo el derecho a que esta interacción se conozca por mi apellido en cuanto esta teoría sea verificada.

 

Como en el caso de la interacción débil, no tiene sentido considerar la interacción fuerte como una fuerza fundamental, pues estas interacciones son posibles gracias a la suma de varias fuerzas de orígenes diversos. Lo que nos lleva, de nuevo, a fijarnos en la cita que reproduje en el preámbulo, cuando expuse la hipótesis sobre la gravedad; ahí, Albert Einstein, especulaba con la posibilidad de construir una teoría sobre la materia que únicamente considerara los campos electromagnetismo y gravitatorios; o lo que es lo mismo, las fuerzas del electromagnetismo y la cromodinámica. De ahí que la simplificación del problema de la unificación de la física resulte obvia, pues con esta teoría estamos reduciendo el origen de todo, a las interacciones entre un par de grupos de fuerzas fundamentales.

 

Los chorros

 

multijets
Eventos de colisión CMS: eventos multi-jet a 7 TeV. Imagen del CERN

 

Hemos especulado con la idea de que las ruedas están compuestas de mesones ordenados en estructuras tridimensionales, donde se generan importantes efectos de absorción e impulsión y que, en parte, son responsables de las dos interacciones principales (no fundamentales): la interacción débil (la disposición lineal) y la interacción fuerte (consecuencia de la disposición opuesta, que mantiene los nucleones agrupados en el núcleo del átomo). Pues bien, cuando en la experimentación con colisionadores de partículas, se destruye una o varias ruedas, de las que forman protones o muones; se suelen observar eventos muy característicos, como son: los chorros o jets de mesones; y estos eventos tienen valor de prueba para verificar la solidez de esta teoría, porque aportan la visión de los efectos de absorción e impulsión, de forma directa. La casuística puede ser muy diversa, estará en función de qué «partículas» colisionen y de cómo sean dichas colisiones pero, por poner algún ejemplo, diré que en el caso de los protones, un solo fragmento proveniente de una colisión previa, puede destruir sus dos ruedas. El efecto de impulsión de las dos forma sendos chorros contrapuestos con sus propios mesones, que son lanzados con gran potencia de forma simétrica. En el caso de los muones, unidos por la interacción débil, se pueden dar varias situaciones: si, considerando la dirección del movimiento del muón, la rueda que recibe un impacto es la que está detrás, la otra seguirá su avance, aunque puede ser desviada en una dirección concreta al tiempo que su efecto de impulsión empuja los restos de la rueda destruida en dirección opuesta; si la rueda que se destruye (en un muón) es la de delante, se destruirán las dos produciendo un solo chorro más intenso (lo mismo se observará en el caso de que se destruya primero una de las ruedas del protón). Si analizamos cada uno de los casos posibles, partiendo de la imagen de este modelo, veremos que estos eventos tienen una explicación mucho más sencilla que las ofrecidas por las hipótesis actuales; y, como ya he dicho en otras ocasiones, la sencillez es un valor muy importante en la naturaleza.